Casa Pamerale

Los muros se articulan con los barandales, el entrepiso, las cubiertas y las poderosas columnas, como palabras de un lenguaje macizo que comunica resguardo y seguridad. Los aleros de la cubierta apuntan al cielo. De esa manera, la casa satisface dos condiciones esenciales para su función: abrazar a sus habitantes e invitarlos a levantar la mirada más allá del devenir diario.

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