Casa la Matesty

La luz, inevitable en la arquitectura, es tal vez el material más importante y el más difícil de manejar, el que requiere mayor maestría. Es un testigo insobornable. Puede bloquearse, fragmentarse, desviarse o modelarse. Puede ser usada solo como reflejo, como un matiz apenas perceptible o como instrumento para engañar al ojo jugando con las superficies, desvaneciendo o rompiendo los límites. Al encenderse, la luz también enciende emociones.

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